Tras la declaración del estado de alarma y el permiso retribuido obligatorio, se ha reanudado la actividad en el sector de la industria extractiva y, a pesar de que las empresas exportadoras no dejaron de trabajar, “el sector se encuentra con una caída de ventas de más del 50%”, según la asociación Mármol Alicanteque realiza, junto a Fiecova, una serie de propuestas para revertir esta situación.

En opinión Mármol Alicante, perteneciente a Fiecova, este descenso está motivado por la incertidumbre provocada por las obras contratadas, que no han arrancado al ritmo esperado; por la incierta situación internacional, que también se enfrenta al paro de las industrias por la Covid- 19; “y por la obligación de cumplir con unos costes fijos, cada vez mayores, que no hacen sino lastrar la recuperación encareciendo la fabricación y haciendo que el sector sea menos competitivo”, dicen.

A todo ello ha de unirse “la nada desdeñable circunstancia de que el sector estaba pasando lo que parecía el final del brutal ajuste derivado de la profunda crisis económica del 2008 de la cual, en modo alguno se había recuperado”, señalan.

Mármol de Alicante explica que a esta nueva situación se une a los problemas habituales de los mercados tradicionales tanto interiores como exteriores. “La industria extractiva representa la mayor fuente de materias primas de la Comunitat Valenciana y es clave para el desarrollo y supervivencia de los sectores que de ella dependen (azulejero, construcción, obra pública, etc.)”.

Si desapareciese esta materia prima cercana, la industria anexa se vería afectada por la falta de suministro y se produciría un bloqueo en la ejecución de las obras públicas y privadas. “Para la adquisición de algunos minerales se deslocalizaría hacia lugares donde poder abastecerse de forma más económica y con mano de obra más barata”.

En este sentido es fundamental aumentar la competitividad del sector, en un mundo que se ha demostrado “incluso más global de lo que pensábamos”, concretan. Los países donde la industria representa un porcentaje importante del PIB tienen en común una energía barata y un acceso a fuentes de materias primas en abundancia y a precios competitivos.

Por lo tanto, ahora es el momento, de “apostar por la puesta en marcha de medidas que nos permitan ser competitivos y dar un servicio a la sociedad. La competencia internacional es y será cada vez más complicada, por lo que precisamos de instrumentos que permitan repercutir un precio más competitivo a nuestros productos”, proponen.

La propuesta puede ser consultada en su totalidad aquí.

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