La corrosión de los metales juega un papel fundamental para el mantenimiento funcional en todo tipo de estructuras metálicas. Conocer los métodos para impedirla es muy importante para evitar una pérdida de la productividad y un posterior aumento de los costes empresariales derivados de una menor capacidad de la maquinaria para generar los servicios para los que han sido diseñados.
La corrosión de los metales en maquinarias y estructuras metálicas es habitual debido a un uso prolongado, a su ubicación y a las condiciones atmosféricas existentes. Se trata de un proceso que causa alteraciones que pueden ocasionar daños considerables y puede deberse a un producto químico directo o bien por reacción electroquímica.
En cualquier caso, el deterioro producido por la corrosión de los metales va tener una importancia notable en el mantenimiento económico de los edificios, automóviles, puentes, embarcaciones y, en general, toda estructura que haya sido fabricada en su mayor parte en metal. En los casos más extremos, si no se actuase con rapidez, es posible que los daños lleguen a ser irreparables.
Los efectos de los desperfectos por corrosión en metales, además de producir daños estructurales que afectan a la producción, también producirán efectos estéticos y reducirán considerablemente la vida útil de la máquina o estructura. Cabe preguntarse, por tanto, cómo evitar la corrosión en metales.
Métodos para prevenir la corrosión en metales
Lejos de toda duda queda la importancia de mantener los metales a salvo de la corrosión. Aunque, en principio, parezca como la mejor solución comprar un metal anticorrosivo para las estructuras o aparatos metálicos que se quieran construir, no siempre es una buena idea, ya que suelen ser muy costosos.
Existen métodos considerados como soluciones eficaces contra el ataque del óxido a los metales, entre los que cabe destacar la acción de recubrir el acero normal con zinc níquel libre de cromo hexavalente, revestirlo con plásticos especiales, con pinturas supe resistentes o bien protegiéndolo con ánodos de zinc (protección catódica).
Beneficios del recubrimiento en zinc níquel para la protección de los metales
El revestimiento anticorrosivo con Zinc Níquel que proporciona expertos en recubrimientos metálicos como Manuel Roca S.L. es una de las fórmulas más fiables al proporcionar una elevada resistencia a la corrosión. El producto derivado de este tratamiento está libre de cromo hexavalente y, por tanto, se trata de un pasivado trivalente que alcanza una resistencia entre las 800 y las 1000 horas de cámara de niebla salina sin corrosión roja y en base a la norma ASTM B-117.
Las piezas después de pasar por estos tratamientos mantienen la máxima calidad y una óptima conductividad térmica, consolidándose como una base excelente para aplicaciones posteriores. Además, se trata de un procedimiento que es completamente respetuoso con el medio ambiente.
Cómo evitar la corrosión en metales usando otras técnicas
Existen diferentes tratamientos de gran efectividad para reducir la corrosión en los metales, como los anteriormente mencionados, utilizando una capa protectora, ya sea plástica o de pintura. Sin embargo, también existe la posibilidad de aplicar una capa de polvo, mezcla de nailon, uretano, poliéster, acrílico y resina epoxi.
Otra opción muy recurrente es aplicar un revestimiento de una cobertura también metálica, de tal modo que no solo no se oxide, sino que también evitará que se dañe y mejorará su aspecto visual. Los revestimientos metálicos más comunes para evitar la corrosión en los metales son la galvanoplastia, cuando se pone una fina capa de metal de níquel o cromo en el sustrato dentro de un baño de electrolito, el enchapado metálico, cuando se suelda polvo en frío al metal, el revestimiento sin electricidad, cuando se usa la propia reacción química para crear una capa de metal superficial, la inmersión en caliente al introducir el sustrato en un baño de metal protector.
Otros sistemas igualmente válidos sería el de usar inhibidores de corrosión, que son sustancias que se aplican sobre la superficie del metal y reaccionan con los gases o con el mismo metal, suprimiendo los procesos químicos que producen la corrosión. Así mismo, el llamado revestimiento de sacrificio se realiza cuando se añade una capa de metal previsiblemente oxidable sobre el metal a proteger, para que sea esta capa la que sufra la corrosión y no alcance la parte interna.
Por último, cabe mencionar que reducir la exposición del metal a un ambiente climático húmedo o llevar a cabo un control del nivel de oxígeno, cloro y azufre, también tendrán un efecto positivo para reducir la oxidación de los mentales. Del mismo modo, modificar el diseño, eliminando grietas, o surcos donde pueda introducirse el agua, procurando una apropiada ventilación al material, resultará altamente positivo para alcanzar este fin de evitar la oxidación.
Conclusión
Evitar la corrosión de los metales es una actividad necesaria para prolongar la vida de los elementos y estructuras fabricadas con este material, así como para que las máquinas no pierdan eficacia ni productividad. Las opciones para reducir este impacto son abundantes, aunque una de las más efectivas y duraderas es la aplicación de un recubrimiento de zinc níquel. En este sentido, y para ampliar la información, lo más aconsejable es acceder a la web de Manuel Roca SL, los máximos especialistas en recubrimientos metálicos.